domingo, 20 de julio de 2014

Yo no podía bajar música en el 96




Allá por la década del 90, el acceso a los discos no era fácil como ahora. Había que comprar los discos si o si. El cassette se estaba extinguiendo. De todas formas servía para grabarse un “grandes éxitos”, recopilando discos de amigos o grabando de la radio.

En esa época compré pocos discos. Era un adolescente que no tenía dinero propio. Pedia a mi tía que me los regalara. Tuve mucho Punk rock. Arranqué para ese lado. Ramones, Sex Pistols, Rancid. 
También en esa época comencé a escuchar The Doors, una banda que me explotó la cabeza. 

Hoy es más fácil, podes bajar directamente de Internet el tipo de música que quieras de cualquier intérprete. Todo está ahí. A pesar de que sea absurdamente ilegal. 

En los 90, no existía el acceso a los medios que existe hoy. En Montevideo no había cable. Para ver alguna banda de rock interesante en acción, tenías que esperar que alguien los pasara en los canales locales o comprar algún video en alguna disquera vanguardista de 18 de julio.

Escuchando material de los 90 me pregunto que estaba haciendo yo a los 16. ¿Por que no me sumergí en algunos discos a su debido tiempo?. En las disqueras miraba los discos como quien mira algo preciado en la vidriera de algún comercio y sabe que no puede tenerlo.

Hoy, 17 años después, escucho discos del año 96 y me emociono. Es el poder de la música.

martes, 4 de febrero de 2014

Las puertas están abiertas



Yo siempre intuí la existencia de una fuerza superior que provoca las cosas que el humano con su simple percepción no puede observar.

Me considero una persona en busca de su ser espiritual.

Sin embargo nunca me convencieron los sermones de la iglesia ni los curas explicando la Biblia.

Nunca estuve de acuerdo con la limitación del ser humano a un dogma.

Es más siempre creí que el mensaje de Jesús muchas veces no era lo que pintaba la iglesia católica predominante.

Aun así me costaba creer en lo que no podía confirmar con mi percepción.

Esa lucha dentro de mi se mantuvo por años.

Hoy decidí completamente convertirme en un ser espiritual. Hacer valer mis creencias perdidas sobre el alma y la fuerza superior y la conexión entre ellas.



Recuerdo las palabras que inspiraron a Jim Morrison para denominar a su banda de rock and roll allá por 1965, citando a William Blake: “Cuando las puertas de la percepción se abren, todo se presenta al humano tal como es, infinito”. Por eso su banda se llamó The Doors o las puertas. Esas puertas que debemos abrir para poder percibir lo infinito del universo, lo cual parece indescifrable para muchos de los hombres y mujeres. No solo percibir sino entender o quizás asimilar.