11 de mayo de 2012
Estamos en Amsterdam
en la habitación del hotel, Natalia duerme
Las voces de la música
se escuchan de fondo. Un poco de The Doors en ”private rehearsal” no vendría
mal. Pienso en ir por unas cervezas y terminar con la “weed”
que tengo en mi bolsillo, aunque para eso necesitaríamos más de una noche. Aquí terminan temprano en lo que concierne a bares. Temprano para lo que estamos
acostumbrados en Uruguay.
Natalia sigue durmiendo y no creo que vaya solo. Tampoco es que tenga la necesidad o voluntad de estar toda la noche de carretera.
Natalia sigue durmiendo y no creo que vaya solo. Tampoco es que tenga la necesidad o voluntad de estar toda la noche de carretera.
Mis ojos brillan un
poco y mi barba está apenas crecida. Resulta difícil escribir de la
experiencia, sobre todo cuando no encuentras la conexión. Aun acudiendo a las
más mágicas vibraciones. La mente se entorpece, no encuentra el cielo perfecto.
Dentro de la oscuridad, sin embargo, puedes ver el brillo de las estrellas o
quizás la forma de una nube oscura, más oscura aún.
“Money beats soul
everytime” repite Jim sin parar, y creo que es verdad. El dinero nos va
corrompiendo y nos convierte en una pálida expresión de lo que deberíamos ser.
El ego te pone en una vidriera diciendo como debes comportarte para encajar en
la sociedad.
Y creo que no hay nada
nuevo en esa frase ni nada incorrecto. Pero nos olvidamos de vivir. La mente debe estar preparada para tal acontecimiento. Un buen momento
para estar en un bar tomando una cerveza y escuchando rock and roll. Quizás
mañana la realidad sea diferente pero en el fondo solo vos sabes a
donde te diriges y como quieres sentirte.