La amargura viene, se impregna. Te impide pensar, te impide ser. Se apodera de tus reacciones y entorpece tus acciones. No te das cuenta y perdiste.
Puteás al que se te cruza por la izquierda. Puteás tu desdicha. Al mal gobierno, al peor laburo. Nada te salva.
Pasan las horas y aunque te tranquilices el día se pone oscuro. Acudís al vicio para tapar la molesta realidad. Sin saberlo postergás el sufrimiento.
"Todo me sale mal" repetís una y otra vez, alimentando el sentimiento dañino.
Buscás desaparecer, esperás que la inconsciencia te devuelva el alma.
Un día perdido y ni siquiera lo sabés.
Lo peor, es que nadie te lo va a devolver.
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